A días de la tragedia que envolvió a la familia de Raimundo Macías en el establecimiento “la querencia” del 70/800, el hombre de 87 años intenta sobrellevar sus días de angustia refugiado en Fortín Olmos en la casa de Teresa Romero, su ahijada.

Don Macías pasa los días rodeado del afecto que Teresa y sus hijos le brindan a diario, para matar el tiempo pidió que le consigan algunas herramientas para hacer huerta y quiere también criar gallinas y conejos.

Del caso en sí mucho no quiere hablar, se acuerda perfectamente todo lo que ocurrió esa fatal noche del sábado 11 de mayo, mencionó que su esposa tenía una relación muy influenciable sobre su hijo Mario, incluso piensa que todo lo que ocurrió fue precisamente inducido por ella.

Don Macías está perfectamente de salud, toma algunos medicamentos, lo cuales no los pudo sacar la noche del incendio pero se acordó perfectamente los nombres de cada uno y ya continúa con el tratamiento que le indicaron sus médicos.

De su círculo familiar cercano, además de su hijo Mario, quedan dos hermanos uno mayor y el otro menor que él, residen en Gobernador Crespo y hace poco lo visitaron, fueron los únicos familiares que lo hicieron. Sí fue visitado por algunos amigos de la zona, quienes gentilmente le llevaron algo de ropa, gesto que su ahijada Teresa agradece profundamente ya que él de su casa salió solo con lo puesto.

Por ahora al campo no quiere regresar, piensa en sus días viviendo en la casa de su ahijada en Fortín Olmos colaborando en la realización de postres, haciendo huerta o atendiendo sus gallinas y conejos, y cada día que amanece le agradece el gesto que ha tenido de rescatarlo desde el hospital local dónde se encontraba solo después de lo ocurrido.