Antonia Farías fue homenajeada en el Concejo Deliberante de Ezeiza, donde vive. Su imagen con el capitán argentino tras la consagración contra Francia dio la vuelta al mundo.






En el Día Internacional de la Mujer, la cocinera de la Selección Argentina de fútbol, Antonia Farías oriunda de Fortín Olmos (Santa Fe), recibió un cariñoso reconocimiento en Ezeiza el lugar en el que hoy vive.

La mujer, que tras la consagración de la Scaloneta en la final del Mundial emocionó a todos con un abrazo casi maternal a Lionel Messi, fue recibida el miércoles 8 en el Concejo Deliberante de ese municipio de la zona Sur del Gran Buenos Aires para una ceremonia en su honor.



"Gracias Antonia por tu profesionalismo y calidad humana", le dijo la presidenta del cuerpo legislativo local, Dulce Granados, a la vecina de 42 años cuando le entregó la distinción en un acto organizado para reconocer a un grupo de mujeres "luchadoras, trabajadoras, empoderadas y resilientes".

"Ustedes son el horcón del medio, la esperanza, las luchadoras y por supuesto las que mantienen el espíritu del pueblo de Ezeiza", sintetizó la presidenta del cuerpo en su breve discurso ante una par de decenas de vecinas distinguidas con esta mención que el Concejo entrega anualmente, todos los 8 de marzo.

El 18 de diciembre, luego de la definición por penales contra Francia que consagró a la Selección, la transmisión oficial de Qatar 2022 captó el emotivo momento en que Antonia saludó a Messi, quien visiblemente conmovido se quedó unos cuantos segundos abrazado a una de las dos únicas mujeres que integraron la delegación argentina.

La emoción incontenible del capitán al momento del encuentro, en un primer momento, hizo pensar que el intercambio de afecto era con su mamá, Celia, ya que a la cocinera en ningún momento se le vio bien la cara.

Sin embargo, cuando el video del abrazo ya se viralizaba a alta velocidad, se supo que se trataba de la señora que se ocupó nada menos que de darles de comer a los campeones del Mundo durante toda la estadía en Qatar.

Mucho más. No era la primera vez que Antonia formaba parte de la delegación, y tampoco que acompañaba a la Selección en un festejo, o que protagonizaba un gesto de mutuo cariño con Lionel.

Una década con la Selección

La mujer lleva una década trabajando con la Selección y el domingo de la final tuvo al fin, con la difusión de ese emotivo abrazo, su merecido reconocimiento, que casi tres meses después tuvo un nuevo capítulo en el barrio donde vive, entre su gente.

Antonia no tan solo es una de las piezas claves en el predio de la AFA de Ezeiza, donde cocina para los jugadores, sino que además acompaña al plantel en cada uno de sus viajes, y la travesía del último Mundial de la FIFA no fue la excepción.

Farías es una de las dos representantes femeninas en la delegación, junto a la encargada de marketing, Verónica Miele. Y en ese rol, ya le había tocado festejar en compañía de los jugadores del equipo nacional no tan solo en lo que respecta a los títulos obtenidos.