La especia milenaria posee propiedades antioxidantes que contribuyen a mejorar las señales cognitivas. También alivia la inflamación.






Investigadores y profesionales de la salud llegaron a la conclusión de que la cúrcuma, una de las especias más utilizadas en la gastronomía asiática, ofrece beneficios notables para la salud.

A saber, la cúrcuma se obtiene del rizoma secado y molido de la planta “Cúrcuma longa”, perteneciente a la familia del jengibre. Además de ofrecer el típico color amarillo, ofrece propiedades terapéuticas. El polvo está disponible en varias formas: tés, cápsulas y extractos.

Un estudio publicado en “The American Jpurnal of Geriatric” determinó que el consumo diario de 90 miligramos de curcumina conlleva a una mejora notable en el rendimiento de la memoria. Este hallazgo no solo abre nuevas vías para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad y el deterioro cognitivo, sino que también destaca la importancia de seguir explorando los beneficios potenciales de los compuestos naturales en la medicina.

El polvo puede obtenerse en varias presentaciones.

Esta investigación podría representar un cambio en la manera de llevar a cabo el cuidado del cerebro a través de la dieta y suplementación.

Además, se comprobó que gracias a un agente fitoquímico, interviene en el proceso antinflamatorio del cuerpo al inhibir la actividad de moléculas y enzimas específicas. Entre estas, se destacan las ciclooxigenasas (COX) y las lipooxigenasas (LOX), así como el factor nuclear kappa B (NF-κB), todos los cuales juegan roles centrales en el desarrollo y mantenimiento de los procesos inflamatorios. Al bloquear estos mecanismos, la curcumina ayuda a reducir la inflamación y modula la respuesta del cuerpo.

Se comprobó que la cúrcuma contiene componentes beneficiosos para las personas mayores de 50 años.

Y como si fuera poco, en los últimos meses se confirmó que la cúrcuma ayuda a combatir el daño celular, contribuyendo a la prevención de las enfermedades crónicas y el envejecimiento saludable.